Iglesia y religión al servicio del encubrimiento de crímenes de Estado

Nos sigue doliendo (la tragedia en la guardería); ojalá que se vayan animando un poquito a vivir la voluntad de Dios, que se vayan calmando los sentimientos, a tomar la vida con esperanza y buscando la manera de hacer justicia, pero también perdonar.
– Arzobispo de Saltillo, Ulises Macías Salcedo, durante una entrevista.

No existe una sola pieza de evidencia sobre la existencia de ese dios ni motivo alguno para creer en él, mucho menos al tenor de lo que ordena la doctrina cristiana. El consuelo que provee es precisamente éste que el inmundo Arzobispo de Saltillo, Ulises Macías Salcedo, ha ofrecido a los padres de los niños heridos y muertos durante el incendio en la Guardería ABC. Él está motivado por la corrupción (ha enviado cartas a los Juzgados en apoyo a los responsables) pero está plenamente justificado con la doctrina religiosa.

Aquello espantosamente horrible que ocurrió no habría sido el resultado de la corrupción y la negligencia criminal de quienes gobiernan, sino de la voluntad de Dios. Los infames funcionarios parecen ser el instrumento de los inescrutables designios divinos, oponerse a ellos es pecado.

Debes perdonar y resignarte, así como amar y temer al mismo tiempo a Dios, quien te ama a ti e incineró a tus hijos en ese horripilante suceso con un fin más allá de tu comprensión.

No puedo imaginar algo más malévolo que usar la autoridad eclesiástica para manipular el miedo a lo sobrenatural y así intentar apaciguar la rabia y la lucha por justicia de los padres de los niños de la Guardería ABC, asegurando así impunidad a los criminales responsables. Pero esto no nos debe sorprender, al fin y al cabo para eso sirve la religión, para dominar y aplastar la moral, la integridad, la valentía, la fuerza y la rebeldía de las personas ante la opresión del prójimo poderoso.