“Hoy fue un día soleado”. Pues no, no dijo tal cosa ni le tocó ocultar lo que ocurrió el 2 de octubre de 1968 en el breve segmento de 15 minutos que tenía por las tardes en esos años.
Creo que eso del día soleado está siendo en realidad un nubarrón que oculta una discusión más importante que deberíamos tener sobre la relación de Jacobo Zabludovsky y los medios de comunicación de paga con el poder.
Uno de los bienes que más aprecio es mi libertad, especialmente la que opongo a las militancias. Puedo ubicarme fácilmente en esa categoría de odiosas individualidades que vagan por el mundo observando y aprendiendo. Lo anticipado u oportuno de mis opiniones no están sujetas, felizmente para mí, a ninguna fuerza externa a mi voluntad y experiencia. Ojalá llegue el día en que este tipo de aclaraciones no sean necesarias cuando escribo sobre temas como el de esta ocasión.