Fábulas y complacencias
¿Recuerdan la fábula del hombre, el niño y el burro? Aquella que contaba que eran juzgados por cada grupo de personas con quienes se encontraban: que si los dos van arriba del burro, mal por abusivos, que si los dos van abajo, mal por idiotas, vaya pues, que no había forma de tener contento a nadie.
En verdad me gustan esas fábulas, puedes llegar a encontrar más sabiduría allí que en escrituras sagradas o en complejos tratados filosóficos sobre moral.