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Luces de Progreso
Sabido es que la historia de la modernización abunda en metáforas de la luz. El sol radiante de la razón ha de penetrar las tinieblas de la superstición y hacer visible el desorden del mundo, para organizar por fin la sociedad conforme a unos criterios racionales. Pero esa supuesta razón es en verdad el irracionalismo social de la “economía separada”. En este contexto, la “luz de la ilustración” no es en modo alguno un mero símbolo alojado en el reino del pensamiento, sino que posee un sólido significado socio-económico.
La era del capitalismo pasó: la izquierda y la dialéctica sujeto-objeto del fetichismo moderno
“En tanto no consiga cuestionar los fundamentos del sistema, la izquierda seguirá desorientada, y si se aprovecha del ‘carro de la administración estatista de la crisis’ para proponer sus reformas sociales, descarrilará con él.”
Entrevista con Robert Kurz
Reglas para el Parque Humano
Los libros, dijo una vez el poeta Jean Paul, son voluminosas cartas a los amigos. Con esta frase llamó él por su nombre de modo refinado y elegante a lo que es la esencia y función del Humanismo: una telecomunicación fundadora de amistad por medio de la escritura. Lo que se llama ‘humanitas’ desde los días de Cicerón, pertenece en sentido tanto estricto como amplio a las consecuencias de la alfabetización. Desde que existe la filosofía como género literario, recluta ella a sus adeptos por este medio, escribiendo de modo contagioso sobre el amor y la amistad.
La doble desvalorización del valor
El sistema, inherente al capital, de los desdoblamientos de la mercancía en valor y valor de uso, y del valor en mercancía y dinero, tiene que reproducirse necesariamente en la crisis y en su concepto. También la desvalorización del valor o la desubstanciación del capital es, por consiguiente, doble y se va abriendo camino tanto en el plano de la producción de mercancías (desvalorización del capital humano, del capital material y del capital mercancía), como en el plano del equivalente universal (desvalorización del medio de fin-en-si del dinero). Sin embargo, los diversos procesos de desvalorización no se desarrollan en las distintas etapas de la crisis de un modo continuo y uniforme, visto que el capital social global no ejecuta el movimiento de la crisis en cuanto tal de inmediato, chocando así con su límite, sino que esto ocurre empíricamente a través del movimiento de los capitales individuales en la superficie del mercado mundial.
Dominación sin sujeto (Segunda parte)
A primera vista podría parecer que, con el concepto de constitución del fetiche, no sólo el antiguo concepto subjetivo-ilustrado de dominación se volvería obsoleto, sino también el propio concepto de dominación en general. La destrucción del sujeto tendría entonces que ser aprehendida en el concepto de simple marioneta. Semejante abandono inmediato del concepto de dominación sería por así decir tácticamente inaceptable.
Dominación sin sujeto (Primera parte)
La reducción de la historia humana a una lucha infinita por «intereses» y «ventajas», librada por sujetos inmersos en un estéril egoísmo utilitario, simplemente recorta o distorsiona muchos fenómenos reales como para poder tener un valor explicativo decisivo. La idea de que todo lo que no se resuelve en el cálculo utilitario subjetivo es un mero envoltorio de «intereses» bajo formas religiosas o ideológicas, instituciones y tradiciones, se vuelve ridícula cuando el gasto real en esa supuesta envoltura supera en mucho el núcleo sustancial del presunto egoísmo. Muchas veces se debe decir más bien lo contrario: que los puntos de vista del egoísmo, si es que pueden ser reconocidos, representan un mero envoltorio o una mera exterioridad de «algo diferente» que se manifiesta en las instituciones y tradiciones sociales.