Después del hundimiento de los socialismos de Estado, el capitalismo ha dado la vuelta a la conocida sentencia marxista del sepulturero y la ha integrado en su repertorio. Pero si por enésima vez se vuelve a cavar una fosa para la teoría de Marx, lo que la ciencia académica oficial entierra es con toda seguridad el cadáver equivocado. Aunque haya sido desguazada para fines de legitimación por las dictaduras burocráticas de los socialismos de Estado, si nos atenemos a su auténtico contenido la obra de Marx no representa una teoría positiva de la “construcción del socialismo”, sino muy al contrario una teoría negativa de las crisis del sistema productor de mercancías.
Los límites estructurales de la valorización del capital, el capitalismo de casino y la crisis financiera global 7. De la expansión fordista a la revolución microelectrónica En el período que va del fin de la Primera Guerra Mundial a finales de los años 70, la crisis estructural de los «gastos generales» sistémicos a través del trabajo improductivo, las finanzas estatales y la inflación se presentaba solamente como un problema colateral, o sea que se limitaba a crisis temporales o de niveles estructuralmente bajos.
Los límites estructurales de la valorización del capital, el capitalismo de casino y la crisis financiera global 4. Terciarización, capital que rinde intereses y crédito estatal Para evitar esta asfixia es necesaria una nueva intervención del crédito, o sea del capital que rinde intereses, cuya parte en la reproducción aumenta una vez más de manera vertiginosa. A los costos del crédito para la producción industrial de plusvalía, que aumentan en gran escala a causa de la creciente parcela del capital constante, se suman ahora los costos del crédito, también en aumento, para las condiciones generales y de infraestructura del mercado total.
En el mundo del moderno sistema productor de mercancías la política es solo la continuación de la competencia económica por otros medios, como la guerra (de acuerdo con una frase de Clausewitz) es la continuación de la política por otros medios. Esta identidad armonizada entre competencia, política y guerra es la que implica la lucha por la hegemonía planetaria y escribe la historia del capitalismo.
La lucha inicialmente policéntrica por el dominio mundial capitalista fue, en primer lugar, puramente europea y tuvo sus raíces en la historia de la formación del modo de producción capitalista en la Europa occidental y central.
La izquierda, la guerra y la ontología capitalista Abril, 2003
Después de la guerra es como decir antes de la guerra, dado que el capitalismo significa, en su esencia, agresión, destrucción y autodestrucción. El fin de la guerra fría no trajo los Dividendos de la Paz (ya la expresión misma revela una ilusión en cuanto al carácter del terror económico), sino que marcó el punto de partida histórico de la barbarie global, de la decadencia social y de las brutales guerras de ordenamiento mundial llevadas a cabo por una policía mundial bajo la égida de la última potencia mundial, los EE.
“En tanto no consiga cuestionar los fundamentos del sistema, la izquierda seguirá desorientada, y si se aprovecha del ‘carro de la administración estatista de la crisis’ para proponer sus reformas sociales, descarrilará con él”
El filósofo alemán Robert Kurz (Nuremberg, 1943) falleció el pasado 18 de julio (2012) en la ciudad que le vio nacer. Kurz ha sido probablemente el último representante serio de la variante teórica del marxismo filosófico que la gran Rosa Luxemburgo, va ya para un siglo, y la señora Joan Robinson, va ya para medio siglo, calificaron con certera malignidad de “rococó hegeliano”.
Los estados están cada vez más enredados en las contradicciones de la política monetaria. Ya no parece posible soportar temporalmente la crisis económica mundial con déficits presupuestarios sin precedentes sin que con ello se vea cercana una recuperación autosostenible. Ahora, los postulados de una política de disminución de la deuda y de las finanzas públicas amenazan con estrangular nuevamente la débil coyuntura económica. Los directivos del FMI coquetean con la “inflación controlada” postergando nuevamente para más adelante el problema de su control.
Durante mucho tiempo, en la ideología económica de Occidente, parecía que se enfrentaban dos campos contendientes: el mercado neoliberal o radical de EEUU, y el keynesiano o del Estado Social y de la política industrial de Europa, también llamada del “capitalismo renano”. Los ideólogos del mercado apostaban por una política de la oferta (reducción de costes a cualquier precio, en primer lugar el de los salarios), y los ideólogos del Estado apostaban por una política de la demanda (aumento del consumo a través de los gastos del sector público y de los aumentos salariales).
¿Cuál es la causa más profunda de las crisis económicas? Se dice con frecuencia que el valor producido no puede ser realizado por la falta del poder adquisitivo. Pero, ¿Por qué hay tan poco poder adquisitivo? Porque en realidad se produce muy poco valor y, por tanto, los salarios y los ajustados beneficios son demasiado reducidos. ¿Y, por qué se produce tan poco valor? Porque la competencia en el mercado mundial, a través del desarrollo tecnológico y de los programas de reducción de costos de la economía empresarial, hacen devenir innecesaria la fuerza de trabajo.
LA GUERRA DE ORDENAMIENTO MUNDIAL. EL FIN DE LA SOBERANÍA Y LAS METAMORFOSIS DEL IMPERIALISMO EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN El siguiente texto texto sirve de introducción al libro Weltordnungskrieg. Das Ende der Souveränität und die Wandlungen des Imperialismus in Zeitalter der Globalisierung («La guerra de ordenamiento mundial. El fin de la soberanía y las metamorfosis del imperialismo en la era de la globalización»), 448 páginas, que acaba de publicar en Alemania la editorial Horlemann [info@horlemann-verlag.